Salsa de Pimiento Rojo, Ajo y Tomate
Esta salsa de pasta de pimientos rojos asados, ajo y tomate, hecha en una sola olla, es el ejemplo perfecto de lo fácil que puede ser crear sabores intensos y complejos sin depender de frascos comprados en la tienda. Con solo una olla y un poco de magia al asar, tendrás una salsa aterciopelada llena de dulzura natural y una profundidad sabrosa. Lo mejor de todo es que está hecha completamente desde cero, lo que significa que no hay conservantes ocultos, exceso de sal o azúcares añadidos.
La estrella nutricional de esta salsa es el ajo, un humilde ingrediente con poderosos beneficios. El ajo no solo le da una base aromática y profunda a la salsa, sino que también es conocido por sus propiedades para la salud. El ajo puede apoyar la salud del corazón ya que es rico en alicina. También puede mejorar la función inmunológica e incluso ayudar a regular la presión arterial.
Los tomates y los pimientos rojos también aportan lo suyo a la mezcla. Los tomates están cargados de licopeno, un poderoso antioxidante potente que se ha relacionado con la reducción del riesgo de ciertas enfermedades, mientras que los pimientos rojos tienen un alto contenido de vitamina C y betacarotenos. Cuando preparas tu propia salsa, tú decides cada ingrediente, lo cual no solo mejora su valor nutricional, sino que también permite que brillen los sabores reales de los vegetales. Es un paso sencillo hacia una alimentación más consciente—y una vez que pruebes la diferencia, tal vez no vuelvas a comprar salsa de supermercado otra vez.
Comienza esta receta picando tus vegetales. Empieza con la cebolla amarilla y el ajo. Agrégalos a una olla con un chorrito de aceite de oliva. Mientras se cocinan, pica el pimiento rojo y los tomates. Agrega el pimiento rojo una vez que la cebolla esté translúcida y fragante.
Una vez que los pimientos se hayan cocinado por unos minutos, agrega los tomates y deja que comiencen a deshacerse mientras mezclas la pasta de tomate, la sal, la pimienta y la albahaca.
Deja que esto hierva a fuego lento en la estufa por unos 30 minutos, hasta que esté burbujeante y delicioso. A mí me gusta licuarlo usando una batidora de inmersión. También puedes usar una licuadora normal. O puedes dejarlo como una salsa con trozos. Si vas a hacer eso, asegúrate de cortar todas las verduras en trozos más pequeños.
Cuando ya esté licuada, prueba y ajusta con más sal o pimienta si hace falta. Luego pásala a un frasco de vidrio o viértela sobre pasta fresca. ¡Úsala como usarías cualquier salsa de tomate comprada de la tienda!
Receta:
1 cebolla amarilla, en cubos
3 dientes de ajo
1 pimiento rojo
Unas 4 tazas de tomate picado
2 cucharadas de pasta de tomate
1 cucharada de sal
1 cucharadita de pimienta
Unas hojas de albahaca (opcional)
Instrucciones:
Pica la cebolla y el ajo en cubos. Agrégalos a una olla a fuego medio con un chorrito de aceite de oliva. Pica el pimiento rojo en cubos y agrégalo a la olla una vez que la cebolla y el ajo estén fragantes y translúcidos, mas o menos unos 5 minutos. Pica los tomates y agrégalos a la olla. Agrega la pasta de tomate, la sal, la pimienta y la albahaca. Baja el fuego a medio-bajo y deja que todo hierva a fuego lento durante unos 30 minutos, revolviendo ocasionalmente para evitar que se queme. Después de 30 minutos, licúa con una batidora de inmersión o en una licuadora normal. Agrega más sal y pimienta al gusto, y ¡disfruta o guarda en un frasco para más tarde!