Pasta con Salsa Cremosa de Calabaza

Hay algo tan reconfortante en un plato de pasta mezclado con una salsa cremosa y deliciosa. Esta pasta de calabaza rostizada con romero reúne toda la calidez de los sabores otoñales con un toque sencillo pero elegante.

La salsa está hecha completamente con calabaza rostizada, romero fresco y ajo. Es espesita sin sentirse pesada, terrosa pero brillante, y perfecta para esas noches frías en las que antoja algo que abrace desde adentro. Lo mejor de todo es que los ingredientes son simples y nutritivos, así que es tan buena para tu cuerpo como deliciosa para tu paladar.

Beneficios de la Calabaza, el Romero y el Ajo

La calabaza es la estrella de esta salsa, aportando una textura naturalmente cremosa y un color vibrante. Además de su sabor suave, está llena de vitaminas, minerales y fibra, que apoyan la salud general y añaden un toque de dulzura natural que equilibra los sabores salados.

El romero, con su aroma fresco y tipo pino, es una hierba culinaria asociada desde hace siglos con la claridad y el enfoque. Su sabor resinoso y brillante corta perfectamente la cremosidad de la calabaza, aportando equilibrio a la salsa.

Y luego está el ajo: audaz, aromático e imposible de reemplazar. No solo intensifica el sabor, sino que también tiene una larga tradición en la cocina y en prácticas herbales por su reputación de apoyar la vitalidad y el bienestar. Cuando se rostiza, su sabor se vuelve dulce y caramelizado, creando el complemento perfecto para la calabaza. Juntos —calabaza, romero y ajo— forman una salsa reconfortante, rústica y llena de sabor.

Cómo Preparar Pasta con Salsa Cremosa de Calabaza

Comienza precalentando el horno a 350°F.

Prepara la calabaza: Mientras se calienta el horno, toma una calabaza tipo pumpkin pie. (Me gusta esta variedad porque suele ser más pequeña y con mejor textura y sabor para cocinar que las más grandes). Corta la parte superior y saca las semillas y las hebras.

Después, corta la calabaza en cuatro partes y usa un pelador para quitar la cáscara. Luego corta la la calabaza en cubos de aproximadamente una pulgada. Yo usé unas 3 tazas de calabaza, que equivalía a alrededor de ¼ de la calabaza completa, pero el tamaño varía, así que mide con el corazón.

Rostiza tus vegetales: Coloca los cubos de calabaza en un molde para hornear, agrega aceite de oliva y sazona generosamente con sal y pimienta. Añade una cabeza completa de ajo, cortada por la mitad. Hornea por aproximadamente una hora.

Cocina la pasta: Mientras la calabaza se rostiza, pon a hervir una olla grande con agua para la pasta. Cocina la pasta según las instrucciones del paquete. Antes de colarla, guarda aproximadamente una taza del agua de cocción.

Hierve los vegetales: Cuando la calabaza esté suave al pincharla con un tenedor, retírala del horno y colócala en una olla grande junto con el ajo, el romero, el agua de la pasta y el caldo vegetal. Deja que hierva a fuego lento para que los sabores se mezclen. Esto no toma mucho; en mi caso fueron unos 10 minutos. Después, separa las hojas de romero del tallo y agrégalas de nuevo a la olla.

Licua: Con una licuadora de inmersión (o una licuadora normal), licúa todo hasta obtener una salsa completamente suave. Si es necesario, agrega un poco más de caldo para ajustar la consistencia.

Mezcla y disfruta!: Una vez lista la salsa, mezcla el parmesano y la pasta cocida, y agrega sal y pimienta al gusto. Sirve en un tazón y termina con más parmesano o un toque de romero y disfruta de este platillo de otoño que abraza el alma.

*Este artículo es solo con fines informativos. Las declaraciones anteriores no han sido evaluadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Este producto no está destinado a diagnosticar, tratar, curar ni prevenir ninguna enfermedad.