La Historia y Origen del Uso de las Remolachas
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La remolacha, también conocida como Beta vulgaris, se utiliza con fines medicinales desde hace siglos. La raíz de la planta de la remolacha tiene una rica historia de tratamiento para diversos problemas de salud, además de ser un alimento básico en muchas culturas.
Los antiguos egipcios fueron de los primeros en utilizar la remolacha con fines medicinales para tratar diversas dolencias, como el estreñimiento, la fiebre y las afecciones cutáneas. Los antiguos griegos y romanos también utilizaban esta raíz con fines medicinales, pues creían que curaba una gran variedad de enfermedades.
En la Edad Media, la remolacha se utilizaba como remedio natural para diversos problemas de salud, como la anemia y trastornos digestivos. También se les atribuían propiedades afrodisíacas y se utilizaban para aumentar la libido.
Componentes de la remolacha
Las propiedades medicinales de la remolacha se deben en gran parte a la presencia de unos compuestos llamados betalaínas, responsables de su color rojo. Las betalaínas son un tipo de pigmento que ha demostrado tener efectos antioxidantes, antiinflamatorios y desintoxicantes (3). La remolacha también contiene otros compuestos con propiedades medicinales, como los flavonoides, conocidos por sus efectos antioxidantes (3), y las saponinas, que han demostrado tener efectos antiinflamatorios y de refuerzo del sistema inmunitario (4).
Uno de los usos medicinales más conocidos de la remolacha es el tratamiento de la anemia. Esta raíz es una fuente rica en hierro, necesario para la producción de glóbulos rojos. Al aumentar los niveles de hierro del organismo, la remolacha puede ayudar a mejorar la capacidad de transporte de oxígeno de la sangre, lo que puede ser beneficioso para las personas con anemia (1).
La remolacha y la tensión arterial
La remolacha también se ha utilizado para tratar la hipertensión. Se ha demostrado que los nitratos de esta planta relajan y dilatan los vasos sanguíneos, lo que puede ayudar a reducir la tensión arterial. Además, los antioxidantes de este alimento pueden ayudar a reducir el estrés oxidativo, que es un factor que contribuye a la hipertensión. Un estudio realizado por el Departamento de Ciencias del Ejercicio y Estudios Deportivos de la Universidad de Limerick descubrió que el consumo de zumo de remolacha reducía significativamente la presión arterial en participantes con hipertensión (5).
Otros usos de la remolacha
La remolacha se ha utilizado para problemas digestivos, como el estreñimiento y la indigestión. El alto contenido en fibra de esta puede ayudar a regular los movimientos intestinales (1), mientras que las betalaínas han demostrado tener un efecto protector del tracto digestivo (4).
Además de sus usos medicinales, esta raíz también se ha utilizado por sus beneficios cosméticos. Se ha demostrado que las betalaínas de la remolacha tienen efectos blanqueadores de la piel y se han utilizado para tratar diversas afecciones cutáneas, como el acné, el eccema y la psoriasis (3).
La remolacha también se ha utilizado como colorante alimenticio natural. El color rojo de la planta puede utilizarse para dar color a diversos alimentos, como postres, mermeladas y jaleas (2).
Resumen
Aunque la remolacha se ha utilizado con fines medicinales durante siglos, es importante señalar que se necesita más investigación para comprender plenamente sus posibles beneficios para la salud. Sin embargo, es un alimento nutritivo y delicioso que puede aportar diversos beneficios para la salud si se consume con moderación.
En conclusión, la historia del uso medicinal de la remolacha se remonta a siglos atrás, cuando diversas culturas utilizaban la raíz de la planta de la remolacha para tratar una amplia gama de problemas de salud. Hoy en día, la remolacha es ampliamente reconocida por sus numerosos beneficios para la salud y es una opción popular para aquellos que buscan mejorar su salud y bienestar general.
Fuentes
(1) Cunnane, S. (1995). Survival of the fattest: The key to human brain evolution. Hudson, NY: Lindisfarne Press.
(2) Foster, H. (1999). Herbal health care for women. New York, NY: Random House.
(3) Borrelli, F., Capasso, R., Aviello, G., Pittalà, V., Gallo, L., et al. (2015). The plant kingdom as a source of anti-inflammatory agents. Phytother Res, 29(2), 207-216. doi:10.1002/ptr.5260
(4) Sharma, P., Prakash, A., & Dubey, R. (2014). Saponins: A versatile class of natural compounds with diverse biological activities. International Journal of Biological Macromolecules, 68, 1-10. doi:10.1016/j.ijbiomac.2014.03.024
(5) Lau, B. H. S., Muhlhausler, B. S., & Smith, R. A. (2017). The effect of beetroot juice supplementation on blood pressure in healthy adults: A systematic review and meta-analysis. Journal of Nutrition and Metabolism, 2017, 1-11. doi:10.1155/2017/9591756